Artrosis. Patologías comunes y su tratamiento
La artrosis quiere decir degeneración articular y es el proceso al que toda articulación esta sometido en mayor o menor medida a partir de cierta edad (suele comenzar en torno a los 40 años).
Hay ciertos niveles articulares que suelen estar más predispuestos dentro de la columna vertebral por las tensiones y cargas a los que son sometidos, como son el espacio interarticular entre la cervical 5 y 6 y la cervical 6 y 7, los niveles lumbares 4 y 5 y L5 S1(espacio entre la última vertebra lumbar y el sacro). Ver Columna Interactiva para localizar dichas vértebras.
Con lo que si usted ha sido diagnosticado de artrosis o discopatía degenerativa en estos espacios debe saber que estos hallazgos no son relevantes, ya que también son detectados en población que no tiene síntomas, por lo que sólo revestirán importancia si va implícito una limitación al movimiento o una manifestación de dolor. El proceso de artrosis en la columna vertebral va relacionado directamente con la pérdida de altura del disco. Con la edad el disco va perdiendo volumen (una de las causas por las que mermamos en altura) y las carillas articulares tienden a crear, por sobrecarga, unos puentes de unión llamados osteofitos ó comúnmente «pinzamientos».
Hay otras articulaciones que tienden a degenerarse por el uso que les damos, por ejemplo rodillas, hombros, manos ,dedos, etc. según nuestra actividad.
Los síntomas que va a presentar el paciente son dolor (a menudo influenciados por cambios climáticos), limitación funcional y rigidez, que mejora con el movimiento.
La osteopatía juega un papel primordial en la prevención y tratamiento de esta patología ya que cuando realizamos ajustes vertebrales y articulares conseguimos que las fuerzas de tensión y cargas estén repartidos de forma homogénea y simétrica con lo que no van a existir inestabilidades articulares que predispongan a acelerar el proceso degenerativo.
Es por eso que a partir de los 40 años recomendamos realizarse sesiones preventivas cada cierto tiempo (4-5 meses) a cualquier persona aunque no padezca ningún dolor. En caso de sufrir dolor ó estar predispuesto al mismo estas sesiones deben ser mas continuadas y entrará a valorarlas su osteópata según su trabajo o actividad diaria.